martes, 10 de julio de 2007







Un Teokali guadalupano…
Cada una de las grandes tradiciones de la humanidad construye sus propios templos: los judíos levantan sinagogas; los cristianos, iglesias; los musulmanes, mezquitas.
Esta pirámide es en realidad un Teokali: un templo de la Tradición náhuatl.
Este Teokali no está consagrado a dioses antiguos, ni mucho menos a dioses judío-cristianos.
Aquí no se venera a la virgen Maria, ni a Jesús, ni a Jehová.
Esta pirámide esta dedicada íntegramente a Tonantzin: nuestra Venerada Madre Guadalupe.
La historia de las 4 apariciones al indígena Juan Diego no salieron de la nada. Su origen se encuentra en un escrito del siglo XVI (en los tiempos del inicio de la Guerra de invasión por parte de la civilización cristiano-occidental a los pueblos originarios de estas tierras), y es conocido comúnmente con el nombre de Nikan Mopohua.
Este texto está escrito con caracteres latinos, en náhuatl clásico.
Todo esto significa que el dialogo entre la Guadalupana Y Juan Diego se lleva a acabo en el idioma Náhuatl.
Y esto no es un mero detalle técnico. De hecho, todo el propósito de la aparición consiste en una petición. La guadalupana dice, en sus propias palabras al indígena Juan diego:

“Huel nikneki, zenka nikelehuia, inik nikan nechkechilizke noteokaltin”

Lo cual traducido a Castilla, dice: “Bien quiero, completamente deseo que aquí se me levante mi venerado Teokali”.
Este es el único sentido de este nuevo Teokali, ni más ni menos que cumplir la voluntad guadalupana.









Un Teokali del siglo XXI…


El valor más grande de este Teokali es cultural. Más que la pirámide en sí (el material utilizado en su construcción), es lo que finalmente representa.
Su arquitectura y decoración están estrechamente vinculadas a la antigua Cultura indígena de la región.
No se ha pagado un solo peso por concepto de mano de obra.
Este Teokali ha sido construido por muchas manos; por manos de Huitziltepec y de otros lugares de México. Hombres, niñ@s, y mujeres, (mexicanos y mexicanas tod@s) han colaborado: acarreando material, trayendo agua (pa’beber y pa’chambear) y comida, subiendo tierra para rellenar.
Este Teokali que hoy se levanta en Huitziltepec es en realidad la Tercera etapa de “algo” que empezó en 2001.
En su origen, se levantó un pequeño montículo de piedra de forma piramidal (de poco menos de medio metro de altura) y , como acto fundacional ,se llevó a cabo un ritual en el que se incineraron los 5 primeros libros de la Biblia, en hebreo por supuesto. Esto para indicar que esto es algo de la Cultura originaria de estas Tierras que hoy llamamos México.
Hubo incienso, flores y una anciana; cuya lengua materna es el náhuatl, entonó un antiguo canto a Tonantzin y Totahtzin (el principio dual presente en todas las culturas indígenas de la civilización mesoamericanas).
Un año después se inicio la construcción de la segunda etapa y, al mismo tiempo, se efectúo el enterramiento de este primer Teokali.
En 2003 ya estaba lista la segunda etapa; y para inaugurarla hubo una procesión por las calles del pueblo (de la casa del padrino al Teokali) con danzantes totonacos.
En 2005 se inicio la construcción de esta tercera etapa. La segunda etapa quedó enterrada con el sacrificio de un guajolote negro al sol.
Finalmente en el pasado solsticio de verano del 2007 se celebró un ritual con danzantes concheros para inaugurarla.
Para el próximo equinoccio de otoño (2007) se tiene planeado realizar un bautizo (siembra de nombre) por parte de la religión mexicana, nada que ver con el Cristianismo.


El mensaje de la pirámide guadalupana…



En su decoración se observan flores de 4 pétalos (símbolo por excelencia de la cultura náhuatl), cuyo número total es de 52. No hay que olvidar que el ciclo de 52 años es fundamental en la civilización mesoamericana (tanto para nahuas, mayas, mixtecos…)
También se dibujan los símbolos de los 4 años solares, los cuales simbolizan los 4 grupos en que se divide el ciclo de 52 años.
Los símbolos de los 20 días de un mes mexicano igualmente se encuentran plasmados. Al multiplicar estos días por el número de escalones (13) nos da por resultado el calendario ritual de 26º días.
En la cúspide se levanta un pequeño adoratorio. En su interior se encuentra la pintura de una advocación de Nuestra Venerada Madre Guadalupe. En su exterior están pintados los símbolos del Agua y el fuego, además de una pareja de corazones floridos.
En la base se dibuja un sol teotihuacano, que indica la relación de este Teokali con la antigua religión originaria de estas tierras.
Y aun hay más, pero lo mejor es conocer este lugar….








El camino al Teokali…


Este Teokali guadalupano se encuentra donde empieza a empezar la mixteca, en el estado de Puebla.
Esta ubicado en el Municipio de Huitziltepec, entre la cabecera municipal (Santa Clara) y una de las juntas auxiliares (dolores).
Se levanta en un territorio en rebeldía que lleva por nombre “Caracol que canta al Universo”. Junto a un cerro de nombre Xochitepetzin.
Huitziltepec está como a 1 hora de la ciudad de puebla en automóvil o 2 horas en autobús. A medio trayecto del camino están los pueblos de Tepeyahualco, Atoyatempan y Molcajà.
A partir del 13 de Julio (2007), la persona (Zitlalxochitzin, mejor conocido como El Filo) estará día y noche para quien lo busque: Inteligencia militar, policía estatal, policía judicial… o quienquiera que deseé saber más de la pirámide en cuestión.
A excepción de los todos los domingos y días 12 de cada mes pues esta persona es el Mayordomo de la Capilla del Cerrito –sí, el único templo guadalupano en todo el país decorado con pinturas murales indígenas- y en esos días tiene deberes que cumplir.
Para encantarlo sólo tienen que preguntar a cualquier persona del Pueblo por El Filo.